El árbol 

ARGANIA SPINOSA

Su nombre científico es Argania Spinosa, y en modo salvaje se encuentra en el sudoeste de Marruecos, en la zona de Tindouf en Argelia así como también en menor número, en varias regiones del sur de España.  

En la actualidad se considera que la planta de Argan dispone de una única especie, pero cabe aclarar que esta planta presenta una amplísima variedad de rasgos diferenciadores entre ellas es por ese motivo que nosotros diferenciamos cada ejemplar en función de sus rasgos externos tal y como se detalla en el tipo de variedades que ofrecemos. 

Puede llegar a vivir entre 100 y 200 años y el porte del árbol llega a alcanzar los ocho metros de altura. 

Florece en abril-mayo, y tardan un año entero en madurar sus frutos. Dándose en muchas ocasiones, la situación de que los frutos de un año que ya están cayendo conviven con los frutos jóvenes que se están formando. 

Julio es el periodo de maduración del fruto, adquiriendo un color amarillento y cayendo al suelo como factor indicativo de que ha alcanzado el momento justo de maduración. Los frutos siempre se recogen desde el suelo. Nunca del árbol. 

El fruto presenta una corteza carnosa amarga, y en su interior se forma la nuez que alberga las semillas con las que se extrae el preciado aceite. 

Al caer el fruto al suelo, se recoge y se deja secar hasta que la pulpa exterior esté completamente seca. Una vez seca se extrae la almendra del interior. Esta se rompe para extraer el pequeño fruto que será el que se prensará para sacar el aceite. 

El argán, es muy poco exigente en cuanto al consumo de agua, ya que sus raíces extremadamente vigorosas, pueden llegar a penetrar en la tierra hasta los 30 metros de profundidad, considerándose de esta forma una especie extremadamente resistente a las sequías. En condiciones de sequías muy prolongadas, la planta es capaz de entrar en letargo perdiendo todas sus hojas hasta que vuelva a llover. 

EL ACEITE DE ARGÁN 

El Aceite que produce esta especie es su producto más preciado. 

En la cultura tradicional, se diferencian dos tipos de aceite: El de uso alimenticio en el que se tuesta la almendra antes de su prensado en frío, y el aceite de uso cosmético/corporal en el que se produce con la almendra en crudo sin tostar aportando de esta forma la totalidad de sus nutrientes a la piel o cuero cabelludo. 

Desde hace siglos, la cultura bereber del sur de marruecos y argelia llevan empleando este aceite como alimento y uso cosmético.

El aceite se ha usado para combatir la sequedad de la piel, quemaduras y estrías.  De la misma forma se le ha dado un uso para el cuidado del cuello cabelludo, devolviendo el brillo al cabello, y aportando un amplio abanico nutricional, así como también favorece el buen estado de las uñas. Entre las creencias bereberes se afirma que es un aceite excelente para masajes corporales ya que entre otras cosas, no obstruye los poros. 

COMPOSICIÓN: El ácido linoleico (poliinsaturado): 35% El ácido oleico (monoinsaturado): 45% Tocoferoles: 62 mg/100 g, Polifenoles: 5,6 mg/100 g, Caroteno: 300 mg/100 g, Esteroles: 160 mg/100 g, Terpeno alcoholes: 150 mg/100 g.

El aceite de argán está compuesto hasta en un 80% de ácidos grasos esenciales, AGE: ácido oleico (45%), ácido linoleico o vitamina F (35 %), ácido alfa-linolénico (15 %), ácido gamma-linolénico (3 %), ácido araquidónico (1%); contiene grandes cantidades de tocoferoles o vitamina E (unos 700 mg/kg), casi tres veces más que el aceite de oliva por ejemplo, carotenoides de los que un 50% son betacarotenos, precursores de la vitamina A, fitoesteroles (D-7steroles) -que raramente se encuentran en los aceites vegetales- y esqualeno.

Si lo comparamos con el aceite de oliva, el aceite de argán tiene la más alta concentración de ácidos grasos esenciales y ácidos linoleicos en asociación natural. Los ácidos grasos insaturados esenciales, es decir aquellos que el organismo no puede sintetizar por sí solo y deben obtenerse de un aporte externo (dieta o cosméticos), son nutrientes vitales que están involucrados en procesos fisiológicos y bioquímicos relacionados con la regeneración de tejidos. Desarrollan, pues, un papel importante para atenuar las cicatrices, las arrugas y aportar a la piel tersura y suavidad.